En vista de lo rápido que avanza la tecnología, uno de los desafíos para una industria acostumbrada a comercializar aparatos destinados a los hogares es el de saber cómo innovar en el universo del entretenimiento para adultos.
Un vibrador manos libres (el primero de su tipo) llamado Osé, hecho por un grupo de mujeres ingenieras y que utiliza tecnología microrrobótica para imitar la sensación que produce la boca y los dedos de la mano ganó un Premio de Innovación, en la categoría robótica, previo a la realización de la Feria de Consumo Electrónico (CES, por sus siglas en inglés) que se realizó esta semana en Las Vegas (EE.UU.).
“El producto incluso se ajusta a la fisiología única de cada cuerpo para un ajuste personal que impacta en todos los puntos correctos, dejando las manos libres para mejores usos. Estamos hablando de robótica verdaderamente innovadora”, señaló en una carta abierta Lora Haddock, CEO (directora ejecutiva) y fundadora de la compañía que fabricó el dispositivo, Lora DiCarlo.
Pero el vibrador no pudo mostrarse en CES 2019, como se esperaba. “Nos informaron inesperadamente que los administradores de CES y de la CTA habían anulado nuestro premio y que no podríamos exhibir a Osé en CES 2019”, indicó en su página web la startup (compañía emergente) Lora DiCarlo.
Women’s toys too vulgar for the #CES? The award for micro-robotic sex toy #Ose was… errm… a mistake, sorry! Here’s what CEO @LoraHaddock has to say ?? pic.twitter.com/lG4em6KDcS— DW Business (@dw_business) 9 de enero de 2019
El galardón les fue arrebatado y, polémica mediante, fue prohibida su exhibición después de que se considerara que no se ceñía a las reglas del evento.
En la carta abierta, Haddock cuenta que la explicación que les dieron Gary Shapiro, presidente y CEO de CTA, y Karen Chupka, vicepresidenta ejecutiva, fue “insultante y francamente ridícula”. Argumentaron que el equipo en no era elegible para la categoría de Robótica y Drones.
No obstante, la CEO de la compañía argumentó que este fue diseñado en colaboración con un laboratorio universitario de ingeniería robótica, el de la Universidad del estado de Oregon, que según ella ha sido clasificado como el 4º Laboratorio de Robótica en los EE. UU. y que en el equipo de desarrolló participó un doctor en Ingeniería Mecánica con experiencia en robótica e Inteligencia Artificial y un ingeniero de diseño mecánico que se especializa en Ciencia de materiales.
Y aunque los jueces tomaron esa decisión, les quitaron el reconocimiento.
Para los asistentes no quedó claro por qué robots de pole dancing (que bailaron en el CES con bailarinas de tubo de real) se considera más aceptable que un vibrador de alta tecnología, que cuando ganó el premio se llamaba Vela, pero la Asociación de Tecnología de Consumo (CTA por sus siglas en inglés) estimó que “no encaja en ninguna de nuestras categorías de productos existentes” y por lo tanto no debería haberse considerado elegible.
“La sociedad debe acabar con el tabú en torno al sexo y la sexualidad: es una parte de la vida y la salud que debería formar parte absolutamente de la conversación normal”, replicó la fundadora de Lora DiCarlo,en la misiva.
“Nunca se sabe cómo puede usarse la tecnología, el futuro del cuidado de la salud podría estar en la patente de un juguete sexual”.
Douglas Layman, socio de la asociación que apoya a la startup Lora DiCarlo, dijo en un comunicado que la firma apunta a un mercado que está a punto de explotar.
“La sociedad está cambiando para aceptar una discusión más amplia sobre la salud sexual, lo que lleva a un crecimiento exponencial de productos de tecnología sexual en el mercado de consumo”, dijo.